Los expertos advierten sobre la intensidad y la rapidez con la que la situación podría escalar. Jonathan Porter, meteorólogo jefe de AccuWeather, señaló que este patrón meteorológico es una “receta para graves inundaciones” y que las consecuencias podrían ser potencialmente mortales.

 

“Una extensa zona de alta presión frente a la costa sureste de EEUU canalizará la humedad del Caribe y el Golfo hacia partes del centro del país. El patrón meteorológico se asemejará a un atasco en la atmósfera, con tormentas eléctricas y aguaceros recurrentes sobre las mismas zonas. Esto es una receta para graves inundaciones”, declaró Porter.

Los meteorólogos alertan sobre inundaciones repentinas y mortales, con el riesgo de que las lluvias acumulen hasta medio metro de a en)

Y agregó: “Las lluvias incesantes causarán problemas en arroyos, riachuelos y zonas bajas propensas a inundaciones, antes de convertirse en un problema de inundaciones fluviales a medida que el agua intenta fluir río abajo. Prepárense para desplazarse rápidamente a zonas más altas”.

La preocupación radica en que, al igual que otros fenómenos meteorológicos extremos en los últimos años, este evento parece estar vinculado al impacto del cambio climático. De hecho, los especialistas coinciden en que el aumento de la temperatura global está alterando los patrones atmosféricos tradicionales, provocando fenómenos más intensos y frecuentes, como este.

La magnitud de las lluvias previstas es tan elevada que algunos lugares podrían experimentar una acumulación de agua equivalente a la que normalmente caería en meses. En términos prácticos, Arkansas, Misuri, Tennessee, Illinois, Indiana y Kentucky se encuentran en el ojo de este temporal, con algunas zonas que ya han sido severamente afectadas por inundaciones este año.

La situación se agrava aún más porque muchas de estas regiones ya han recibido precipitaciones abundantes en los últimos meses, lo que las hace más susceptibles a desbordamientos. Además, los ríos podrían aumentar significativamente su caudal en los días posteriores, lo que representaría un riesgo aún mayor para las áreas cercanas.

“Nos preocupa el riesgo de inundaciones repentinas históricas y potencialmente mortales, que podrían convertirse en una importante inundación fluvial”, advirtió Porter.

 

Eventos extremos repetidos en el tiempo

La denominada “inundación milenaria” no es una expresión casual, sino un término que describe la baja probabilidad de que un evento de esta magnitud ocurra de manera frecuente. Sin embargo, debido a la repetición de fenómenos similares en los últimos años, los expertos advierten que los eventos extremos se están convirtiendo en una constante. AccuWeather, en colaboración con la NASA, NOAA y otros organismos meteorológicos, ha utilizado satélites y tecnología avanzada para detectar y modelar este patrón, lo que permite anticipar su evolución con un grado considerable de precisión.

Los satélites meteorológicos ayudan a dar pronósticos más certeros del clima en la

La situación es especialmente grave porque las lluvias persistentes afectarán a áreas vulnerables como zonas urbanas mal drenadas y terrenos bajos, donde las inundaciones podrían desbordar rápidamente los sistemas de drenaje.

La advertencia que ha emitido el meteorólogo Jonathan Porter destaca la rapidez con la que la situación podría volverse letal, ya que las inundaciones repentinas pueden ocurrir en cuestión de minutos, arrasando con viviendas, infraestructura y vidas humanas. Además, los ríos que nacen en estas zonas afectadas podrían seguir creciendo, lo que implica que el peligro no disminuiría inmediatamente, incluso cuando las lluvias cesen.

La llamada “inundación milenaria” no es un término que se utiliza de forma ligera, pues refleja la baja probabilidad de que un fenómeno de esta naturaleza ocurra con tanta intensidad en un período de tiempo corto. Sin embargo, los expertos en meteorología han dejado claro que, si bien el término hace referencia a un evento extremadamente raro, el cambio climático está contribuyendo a que este tipo de fenómenos sean cada vez más frecuentes.

¿Una consecuencia del cambio climático?

El cambio climático está acelerando la frecuencia de fenómenos climáticos extremos, lo que aumenta la probabilidad de eventos como la "inundación milenaria" (NOAA)

La pregunta inevitable surge: ¿es esto una consecuencia directa del cambio climático? Si bien los expertos evitan emitir juicios absolutos, hay consenso en que el calentamiento global está exacerbando la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos. No se trata solo de olas de calor o inviernos inusuales. La verdadera huella del cambio climático se manifiesta en la alteración de patrones atmosféricos que conducen a eventos cada vez más destructivos.

Los científicos advierten que una atmósfera, más cálida y húmeda, está actuando como un catalizador que potencia la capacidad de las tormentas. Esto significa más lluvia en menos tiempo, mayor riesgo de desbordes y menos margen de maniobra para prevenir consecuencias graves.

La advertencia actual no es un hecho aislado. Es parte de un patrón más amplio que se repite en diversas regiones del mundo, desde incendios forestales descontrolados hasta sequías extremas e inundaciones masivas. Y aunque no todos estos eventos pueden atribuirse exclusivamente al cambio climático, sí muestran una clara tendencia hacia lo extraordinario.

El "río atmosférico" responsable de la humedad que trae lluvias masivas, se detendrá en el centro de EE.UU. aumentando el riesgo de graves inundaciones (Departamento de Policía del condado Warren,

Las alteraciones en los patrones climáticos tradicionales, como el aumento de la humedad en la atmósfera y el incremento de temperaturas, están favoreciendo la formación de tormentas más intensas y prolongadas, que derivan en lluvias más fuertes y en un mayor riesgo de desbordamientos y desastres naturales.

Lo que parecía ser una anomalía aislada hace unos años, hoy se presenta como una nueva normalidad. Los especialistas coinciden en que, aunque no todos los eventos climáticos pueden ser atribuidos exclusivamente al cambio climático, este fenómeno refleja una tendencia preocupante. Los ríos atmosféricos, por ejemplo, están aumentando en frecuencia y magnitud, lo que implica que más regiones del planeta estarán expuestas a riesgos similares. Las lluvias torrenciales y las tormentas eléctricas, que antes eran eventos excepcionales, se están convirtiendo en una parte cada vez más común del clima extremo.

La capacidad de adaptación de las infraestructuras y las ciudades es otro de los factores críticos que determinará la magnitud de los daños. Los expertos en meteorología y cambio climático han subrayado la necesidad urgente de reforzar las infraestructuras urbanas y mejorar los sistemas de alertas tempranas.

Las lluvias torrenciales, combinadas con el aumento del caudal de ríos, podrían generar una catástrofe hídrica sin precedentes en el centro de Estados Unidos

La tecnología satelital ha permitido prever con precisión el curso de los eventos climáticos, lo que ha dado tiempo a las autoridades para alertar a la población. No obstante, la rapidez con que los fenómenos extremos pueden escalar plantea desafíos para los sistemas de emergencia, que deben estar preparados para movilizarse con rapidez ante lo inesperado.

En conclusión, lo que se está viviendo en el centro de Estados Unidos en estos días no es solo un recordatorio de la intensidad de los fenómenos meteorológicos que estamos presenciando cada vez más a menudo, sino también una señal de que el cambio climático ya está modificando los patrones climáticos de manera irreversible.

Las inundaciones extremas que se pronostican no solo son un desafío para las comunidades directamente afectadas, sino que también deberían alertarnos sobre la necesidad de un cambio radical en nuestras políticas de adaptación al clima. La historia que estamos a punto de presenciar podría ser un hito, pero también un llamado urgente a actuar frente a los riesgos climáticos que están remodelando el planeta de manera acelerada.

 

FUENTE: INFOBAE