De esta manera, Lijo quedó frente a una encrucijada luego de la decisión del máximo tribunal: puede quedarse como juez federal y rechazar la posibilidad de llegar a la Corte Suprema o bien puede renunciar a su cargo como juez para sumarse como el quinto integrante, en comisión por un año, del máximo tribunal.

Ahora, si Lijo decide no renunciar a su cargo su suerte quedará en manos del Senado. Si la Cámara Alta decide reunirse para tratar su pliego, el juez a cargo del juzgado federal 4 podría a ingresar a la Corte Suprema de manera vitalicia y no hasta fin de año como lo hizo García-Mansilla por ser "en comisión". Lijo ya obtuvo dictamen a favor de la Comisión de acuerdos pero el tratamiento de su pliego sigue empantanado en la discusión política.

El pliego de Lijo contaba con el respaldo necesario para ser aprobado pero quedó en suspenso tras el escándalo que generó la estafa con la criptomoneda $LIBRA en la que quedaron envueltos Javier Milei y su hermana Karina, la secretaria general de la Presidencia. El escándalo llevó a aliados y opositores a reconsiderar su apoyo.

En tanto el pliego de García-Mansilla no alcanzó las nueve firmas necesarias en la Comisión de Acuerdos, lo que obliga a la oposición a reunir dos tercios de los votos en el recinto para su aprobación. A pesar de haber jurado como juez, su nombramiento está sujeto a un plazo de un año lo que refuerza la fragilidad de su posición.