Retener la orina incrementa la posibilidad de infecciones debido a que las bacterias tienen más tiempo para multiplicarse en el tracto urinario. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas infecciones son una de las principales razones de consulta médica relacionadas con el sistema urinario. En la misma línea, la acumulación de orina puede facilitar la formación de cálculos en las vías urinarias y, en casos extremos, generar reflujo vesicoureteral, donde la orina retrocede hacia los riñones, causando daño renal.
Por otro lado, al forzar a los músculos de la vejiga a mantener grandes cantidades de orina, se genera una presión interna que puede dañar las paredes de la vejiga, reduciendo su capacidad funcional, debilitándola con el tiempo y generando incontinencia, que es la pérdida involuntaria de orina.
Entre las profesiones, oficios y contextos donde las personas presentan dificultades para ir al baño con la regularidad deseada, solo por mencionar algunas se destacan los conductores profesionales (de colectivos, taxis, transporte de larga distancia), donde muchas veces deben pasar largas horas al volante posponiendo la micción. También cajeros/as de supermercados, personal que atiende en las cabinas de peaje, maestros de escuela, profesionales de la salud y cualquier empleado de atención al público o de repartición, entre muchos otros casos. 
"Es fundamental educar a la población sobre los riesgos de ignorar las señales del cuerpo. Retener la orina por largos períodos no solo es una cuestión de incomodidad, sino un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades potencialmente dañinas. Es responsabilidad de todos, incluyendo fundamentalmente a los empleadores responsables, encontrar espacios que permitan a cada individuo acudir al baño para orinar cuando su cuerpo se lo indica”, advirtió por su parte el Dr. Norberto Bernardo, director médico del CAU, director del Departamento de Urología de la Universidad de Buenos Aires y Jefe de los servicios de Urología del Hospital de Clínicas y de la Clínica San Camilo. 
Entre las principales recomendaciones, los especialistas del CAU destacan: a) atender las necesidades fisiológicas: respetar las señales del cuerpo y acudir al baño cuando sea necesario; b) organizar pausas regulares: especialmente en empleos con restricciones de tiempo, buscar momentos para vaciar la vejiga; c) mantener una buena hidratación: esto ayuda a diluir la orina y reduce el riesgo de infecciones y cálculos renales; y d) consultar a un especialista: si hay síntomas como dolor al orinar, frecuencia excesiva o dificultades para vaciar la vejiga, debe buscarse ayuda profesional.
“Aunque retener la orina suele parecer una solución temporal en situaciones apremiantes, su práctica constante puede tener consecuencias significativas para la salud. Debemos tomar conciencia, priorizar las necesidades fisiológicas y fomentar hábitos saludables, tanto a nivel personal como en los entornos laborales, para prevenir complicaciones a largo plazo”, concluyó la Dra. Grinstein.