“La presentación de la enfermedad celíaca no tiene un patrón clínico único. Puede ser monosintomática (un síntoma) u oligosintomática (varios), e incluso variar en su nivel de severidad de expresión del síntoma: intensos, leves e incluso una presentación “asintomática” (donde el paciente no detecta nada anormal). Precisamente esta diversidad de síntomas representa un desafío para los profesionales de la salud que no están familiarizados con la enfermedad celíaca y una dificultad a la hora de la sospecha clínica y diagnóstico. ¿Por qué es tan difícil diagnosticarla? Además de haber un amplio espectro de características clínicas, éstas pueden variar a lo largo de la vida del paciente; los síntomas pueden superponerse con los síntomas del síndrome del intestino irritable; los pacientes pueden tener también manifestaciones sin síntomas gastrointestinales, o incluso pueden no presentar ningún síntoma”.

“Los síntomas que pueden ser indicio de la enfermedad celíaca varían según se trate de la enfermedad celíaca clásica o no clásica. En la enfermedad celíaca clásica los pacientes presentan signos y síntomas de malabsorción, como diarrea, esteatorrea (diarrea por pérdida de grasas), anemia por deficiencia de hierro, pérdida de peso, alteraciones del crecimiento o malestar y fatiga, distensión abdominal por hinchazón e irritabilidad y alteración del ánimo. En la enfermedad celíaca no clásica, los pacientes pueden presentar síntomas gastrointestinales inespecíficos sin signos de malabsorción o con manifestaciones extraintestinales (sin síntomas gastrointestinales). Algunos pueden ser: fatiga crónica, falta de energía, migraña crónica, estreñimiento crónico en niños, manifestaciones dermatológicas (como erupcióncutánea, psoriasis, ampollas), neuropatía periférica, reducción de la densidad ósea, infertilidad inexplicable, defectos del esmalte dental, falta de apetito o saciedad precoz, ansiedad, mal humor e irritabilidad, pubertad tardía, deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico, aumento de las enzimas hepáticas crónica e inexplicable”.

“En adultos y niños el diagnóstico comienza con una muestra de sangre y luego, en caso de encontrar alterados los valores de laboratorio, se realizará una endoscopía digestiva alta con toma de biopsias intestinales para confirmar diagnóstico”.

“El único tratamiento para la enfermedad celíaca en la actualidad es la dieta estricta libre de gluten de por vida. No se deben ingerir alimentos, productos o medicamentos que contengan gluten proveniente de trigo, avena, cebada o centeno (o sus derivados), ya que incluso pequeñas cantidades de gluten pueden ser nocivas”.

“Aproximadamente el 70% de los pacientes relata una mejoría de los síntomas dentro de las 2 semanas posteriores al inicio de la dieta sin gluten. Al adherir a una dieta sin gluten, los niños normalizan su crecimiento y desarrollo.
Con el cumplimiento estricto de la dieta se normalizan los valores de laboratorio específicos para enfermedad celíaca (anticuerpos) y si bien las alteraciones vellositarias (el daño de la pared del intestino) comienzan a mejorar con el correr de los meses posteriores a la instauración de una dieta sin gluten, la resolución completa puede tardar años.
Los pacientes con enfermedad celíaca (no tratada a largo plazo) tienen un riesgo elevado de complicaciones que pueden ir desde algo leve (diarrea o anemia por ejemplo), a complicaciones de las más graves como linfoma".