Unidas por el comadrazgo las mujeres, se reúne para renovar el compromiso de haberse confiado el acompañamiento en la crianza de los ahijados, a una persona a quien le tienen gran afecto.

Se destacan por su alegría y organización, no dejando ningún detalle al azar, cada una se encarga de un elemento de la fiesta, desde la comida, bebida, bandera, gorros, hasta suvenires, papel picado, serpentina, albahaca, entre otras cosas.

Esta es una ocasión especial de celebración, en donde invitan a madres, tías, amigas, hermanas, primas, en forma de complicidad, comen, beben y comparten vivencias y se agasajan mutuamente. Con respeto se arrojan papel picado, se colocan serpentina y ramitos de albahaca. 

Al compás de las cajas entonado coplas picarescas, van narrando costumbres, cuestionando al compadre y dejando en claro que son las más divertidas, el primer verso lo dice ella y luego el resto repite, todas las mujeres presentes, pueden participar y coplear a la par del resto, bailan entre ellas, ríen y brindan. 

Es un día para revalorizar los lazos y mantener una tradición que pasa de generación en generación.