El primero en respaldar la iniciativa del Ministerio de Seguridad de la Nación fue el salteño Gustavo Sáenz, quien afirmó que “que hay una política de los Estados nacional y provincial para pelear contra el narcotráfico y combatir el contrabando y otros delitos complejos”.
En ese sentido, dijo que con el alambrado de 200 metros en la localidad de Aguas Blancas “se busca encauzar la llegada y salida” una zona fronteriza que algunos analistas califican como “crítica” en cuanto a actos ilícitos y migración ilegal.
“Es decir que los que llegan a la terminal de Aguas Blancas sigan hasta Migraciones y saber con qué egresan y con qué llegan desde Bolivia”, completó el mandatario de Salta, brindando apoyo a la iniciativa impulsada por Patricia Bullrich en el marco del denominado Plan Güemes.
Ahora, el tucumano Osvaldo Jaldo señaló que “mucho de lo que tiene que ver con el contrabando, como el ingreso de sustancias tóxicas al país, se realiza por el norte y una parte toca al hermano país de Bolivia. Además, Salta tiene fronteras muy amplias”, subrayó.
“Creo que esta es una medida que la tienen que tomar entre los dos países y Bolivia tiene que colaborar”, sostuvo el mandatario de Tucumán, asegurando que “nosotros venimos secuestrando cocaína que viene desde el norte, de Bolivia, por eso tenemos que ver esto como una medida positiva para los dos gobiernos”.
“Tenemos que impedir que entren sustancias tóxicas al país y productos del contrabando que generan una competencia desleal con los que producen aquí. Por eso, es positivo que el Gobierno Nacional haya reaccionado”, concluyó Jaldo.