. Fuera de este camino, fue visible como parcial en gran parte de América del Sur. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se lo pudo observar a las 13:32 con un máximo de oscuridad de un 73,6%. Para que este fenómeno astronómico, que ocurre cada 18 meses en alguna parte del mundo (en 2022 ocurrirá en la Antártida), pueda ser visto nuevamente en los países de la región, habrá que esperar hasta 2048. Y para que ocurra exactamente en el mismo lugar, tienen que pasar 400 años.
Tal como ocurrió el 2 de julio de 2019, los dos únicos países en todo el mundo donde el mayor espectáculo astronómico se desarrolló fueron Argentina y Chile, para admiración de miles de personas que lo pudieron observar cómodamente desde sus casas, escuelas, trabajos, observatorios y centros educativos, así como cientos de extranjeros de todo el mundo que llegaron al sur del continente para ser protagonistas de este histórico fenómeno astral.
“El eclipse de Sol es una oportunidad única para estudiar a nuestra estrella, fuente de vida en la Tierra. Y este eclipse en particular es muy esperado ya que se trata de uno total, lo que permitirá a los científicos estudiar la corona solar, esa ‘atmósfera’ que tiene nuestro astro rey”. Además de la corona, también se pueden estudiar las líneas de campo magnético del Sol, que son las que dominan el viento solar que llega a la Tierra”, explicó a Infobae el doctor en Astronomía Juan Facundo Albacete Colombo, investigador independiente del Conicet, cuya especialidad de estudio es la astrofísica de altas energías.
Los investigadores explican al eclipse solar total en relación con los tamaños del Sol y la Luna y su distancia de nuestro planeta.“El Sol es 400 veces más grande que la Luna y se encuentra aproximadamente 400 veces más lejos de la Tierra. Debido a esta coincidencia, la Luna parece lo suficientemente grande como para cubrir el Sol por completo durante el eclipse total de Sol”, explicó a Infobae el licenciado Mariano Ribas, coordinador del Área de Divulgación Científica del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, Galileo Galilei.
Fotografía del momento de la totalidad del eclipse en Piedra del Aguila, Argentina (AP Photo/Natacha Pisarenko)
Una de las curiosidades que presentan los eclipses solares totales es que, según afirman los científicos, no serán por siempre. Debido a que la Luna se aleja todos los años 3,8 centímetros de la Tierra, dentro de un milenio la circunferencia lunar no llegará a tapar por completo el disco del Sol, por lo que en la Tierra no se podrán observar más los espectaculares eclipses solares totales.
¿Cómo ver el eclipse sin riesgos para la vista?
Nunca hay que observar un eclipse sin elementos de protección adecuados porque puede ser perjudicial para la vista. Salvo en los breves instantes que dura la totalidad (cuando el Sol está 100% cubierto por la Luna), donde podemos observar a simple vista sin peligro, los oftalmólogos advierten que nunca hay que mirar el eclipse en ningún grado de su parcialidad sin anteojos con filtros especiales (se consiguen en comercios del rubro astronómico o vía Internet), ya que causan un daño irreparable en la retina ocular.
Observar un eclipse solar es una experiencia inolvidable, pero mirar directamente al Sol puede producir un grave daño a los ojos. Aun por un corto período de tiempo, sin tener la protección correcta, puede dañar la retina de forma permanente. Inclusive puede causar pérdida total de la visión, conocida como retinopatía solar: el daño en la retina del ojo que resulta de la exposición por observar eclipses solares sin las precauciones adecuadas.
“La afectación no distingue sexo ni edad. Se pueden causar quemaduras en la retina, tejido en el que se procesan las imágenes y luego se transmiten al cerebro. Estas lesiones pueden ser de leves a severas y hasta se pueden generar cuadros de ceguera permanente. Por estas razones, a la hora de observar un eclipse se deben respetar estrictamente las pautas de prevención que indica la Sociedad Astronómica Americana y que publica la Academia Americana de Oftalmología”, explica la doctora Laura Taverna, oftalmóloga de INEBA.
Rogelio Ribes Escudero, oftalmólogo del servicio de Oftalmología del Hospital Alemán, afirmó a Infobae que no se puede mirar directamente porque hay riesgo de dañar la retina. “La córnea y el cristalino son dos lentes. Por lo tanto, si se mira directamente la luz del Sol, habrá un daño de la mácula (centro de la retina), que conlleva lesiones que son irreversibles”, precisó el especialista.