Cuando comenzó la cuarentena  en Jujuy el 16 de Marzo el gobernador Gerardo Morales tenía la intención de que el coronavirus tenga el menor impacto en Jujuy,

es por ello que las primeras medidas fueron muy rígidas para una población que se preguntaba si era justificado llegar a tales extremos cuando no había casos todavía.

Con el correr de las semanas y la llegada de los primeros casos “importados” que fueron muy pocos, la situación epidemiológica estaba totalmente controlada y se venía pasando la pandemia del COVID-19 sin sobresaltos en relación a lo que ocurría en otras partes del mundo y el país. Pero la situación cambio rotundamente para el COE y  el gobierno a partir de los resultados de la última gira de las autoridades en el norte provincial en donde se inspecciono la línea de frontera y se buscaba a través de los referentes locales de cada jurisdicción extremar las medidas para que no ingrese el virus a sabiendas de que en Villazon (Bolivia) se estaban empezando a registrar casos.

Siempre Morales fue claro en manifestar que había que impedir que algún camionero pudiera instalar el “bicho”, ya sea de la zona del AMBA, de Paraguay, Chile o Brasil, o si algún jujeño que llegaba de otra provincia  pudiera ingresar contagiado, pero en el último tiempo la predica de estar atentos era la posibilidad de que algún ciudadano de Bolivia pudiera ingresar ilegalmente y contagiar a la población.

En realidad lo que termino pasando es que para el primer mandatario el golpe del contagio del coronavirus le llego por el lugar menos pensado…la policía…

En un primer momento cuando era vox populi de que algo habían hecho parte de los efectivos policiales que estuvieron en el norte provincial junto a Morales ,para contagiarse de COVID sin un argumento sanitario valedero, el gobernador  los defendió primero y textualmente dijo “ déjense de joder de que la policía trajo el bicho”, sin embargo solo 24 horas después anunciaba de que los habían denunciado porque existe una ventana de 2 horas que no saben que paso, y con esto la teoría de que efectivos de seguridad habían cruzado a Villazon a comprar coca tomaba más fuerza .La policía venia golpeada con el tema, días antes Gendarmería Nacional interceptaba y secuestraba nada más ni nada menos que una camioneta  de la policía de Jujuy cargada  50 kg. de hojas de coca que eran trasladadas a la ciudad capital de forma clandestina , este operativo se concreto gracias a la iniciativa de un policía  honesto que denuncio lo que estaba ocurriendo ante los efectivos de gendarmería.

L os resultados del accionar de los hoy denunciados efectivos policiales se ven en cada informe del COE sobre la cantidad de casos que se registran, Jujuy paso de tener 8 a casi 60 en menos de 10 días, siendo la policía provincial la que mas testeos positivos registro a partir de los contactos que se produjeron entre ellos y los hoy denunciados efectivos policiales.

Esta situación ya le costó el puesto al jefe de la institución comisario general Juan Segovia que si bien pidió licencia para ponerse a disposición de la justicia muy difícilmente regrese a ponerse al frente de una institución que está siendo señalada  por la sociedad.

Ahora Gerardo Morales deberá intentar recuperar la iniciativa,  la ola de contagios se  esperaba pero nunca imagino que este golpe duro para su gestión y que termino afectando gran parte de la estrategia de la lucha contra el COVID-19 pudiera venir del lugar menos pensado…la policía.