Con una misa por el centenario del nacimiento de Juan Pablo II, el papa Francisco reabrió este lunes al público la Basílica de San Pedro tras más de dos meses de cierre por la pandemia de coronavirus.
"Era un hombre cercano a la gente y recorrió el mundo buscando a su gente", recordó el pontífice a su antecesor polaco, al celebrar la misa matutina desde el altar que contiene los restos de Karol Wojtila, el Papa número 264 de la Iglesia entre 1978 y su muerte en 2005.
"También era un hombre que quería justicia: justicia social, justicia del pueblo, la justicia que caza las guerras, pero justicia plena y para ello hablaba de la misericordia: porque no hay justicia sin misericordia, van juntas", agregó Jorge Bergoglio, quien proclamó Santo Juan Pablo II en 2014.
Durante la misa celebrada en la basílica de la tumba del papa Juan Pablo II había unas 30 personas, separadas en los bancos, con barbijo y guantes como es obligatorio para los fieles en Italia. En los ingresos, personal sanitario con termoescáneres tomaba la temperatura de los visitantes para evitar la entrada de los que tengan más de 37.5 grados.
Además, se dispuso un nuevo sistema de ingreso y salida de la Basílica, que evita las habituales largas filas sobre la Plaza San Pedro, al tiempo que la guardia Suiza del Vaticano y los voluntarios de la Orden de Malta son los encargados de regular los accesos.
La apertura se dio luego de los trabajos de higienización que llevó a cabo el Vaticano con soluciones de hipoclorito buscando de todos modos evitar dañar las obras de arte presentes en la Basílica constuida en el siglo XVI y que alberga, entre otras, a "La Piedad", de Miguel Ángel.
La de este lunes fue además la última de las misas matutinas celebradas por Francisco y transmitidas en directo por los canales de streaming del Vaticano, que comenzaron el 9 de marzo pasado, tras la suspensión de las celebraciones a causa de la pandemia de la Covid-19.
En el resto de las Iglesias de Italia iniciaron hoy las misas con público, con capacidad máxima de 200 personas y la prohibición de los coros durante las celebraciones, entre otras medidas de seguridad.