La cuarentena provocada por el coronavirus sin lugar a dudas ha modificado la vida de muchos, inclusive aquellos que se encontraban trabajando fuera de la provincia,

tal es el caso de los mal llamados trabajadores “golondrinas” que en realidad son trabajadores rurales temporales, uno de esos casos es el de Omar Cari, un jujeño que meses atrás viajo a Mendoza a trabajar en la cosecha de uvas y fue allí donde se vio sorprendido por el inicio de la cuarentena. Omar dialogo con  Reportejujuy.com.ar y nos comento sus vivencias, ansiedad y como fue llegar a Jujuy y en vez de dirigirse a su querida Santa Catalina tuvo que hacer cuarentena 14 días en el hogar escuela” José de la Iglesia” de nuestra ciudad.

Comenzó comentando “cuando empieza esto del coronavirus nosotros nos encontrábamos en la zona rural  cosechando la  uva y nos llega la orden de que el gobierno de Mendoza había decidido no parar la cosecha así que nos tuvimos que quedar allí continuando hasta que se termino la recolección de las uvas mientras sabíamos que en las ciudades no se podía salir si no se tenía el famoso permiso, mientras que en las fincas el trabajo era normal para todos los cosecheros, en mi caso yo estaba cumpliendo tareas en el departamento Rivadavia en el este de Mendoza.

Cuando comenzó el operativo para regresar a Jujuy nosotros sabíamos por amigos que al llegar deberíamos hacer la cuarentena, es por ello que al llegar al límite de Jujuy y Salta se dificulto un poco nuestro ingreso porque dio la casualidad que ese mismo día llego también el micro desde Rio Negro que traía una persona a Salta que después dio positivo de coronavirus, estuvimos en Pampa Blanca como a las 13 horas pero por lo estricto del control de ingreso a suelo jujeño recién como a las 2 de la madrugada pudimos llegar al hogar escuela para que nos alojen .

En el hogar escuela había personas de diferentes partes de la provincia y con el correr de los días nos volvimos amigos la gran mayoría, tuvimos la suerte de no estar en un lugar que sea tan cerrado como un hotel por ejemplo , en el edificio podíamos salir al patio a tomar aire, unos mates, jugar a las cartas , es mas algunos hicieron una pelota de trapo con unas medias que juntamos  para poder jugar un poco al futbol entre nosotros y así hacer más llevadero el encierro .Todos teníamos apuro por volver al pago, yo tengo a mi familia y a mis padres en Santa Catalina así que cuando me reencontré con ellos les di un gran abrazo”

La historia de Omar  se suma a la de tantas personas que nunca pensaron que cuando realizaban el brindis de año nuevo y elevaban las esperanza para este 2020  nunca pensaron que solamente 4 meses después verían su vida transformada por la llegada de la pandemia a la Argentina.