El Gobierno advirtió  que si los bonistas no aceptan la oferta que propuso para renegociar su deuda no estará en condiciones de seguir pagando en forma regular su deuda y que enfrenta un significativo riesgo de default.

Además, aclaró que, quienes no acepten esta propuesta, podrían recibir una peor. Así lo expresó en la enmiend al documento 18-K publicado en la página web de la comisión de valores de Estados Unidos (SEC, según su sigla en inglés), con la firma del secretario de Finanzas, Diego Bastourre. El documento requiere que el país exprese en forma explícita todos los riesgos y condiciones que enfrentan los acreedores soberanos.

“Si la República no alcanza un acuerdo con sus tenedores de bonos, se enfrenta a un alto riesgo de refinanciación”, explicó en el filing.

 “La República ha anunciado que tiene la intención de invitar a los tenedores de sus títulos de deuda pendientes a cambiar sus bonos por nuevos bonos con términos y condiciones compatibles con el análisis de sostenibilidad de la deuda realizado por el Ministerio de Economía y el Fondo Monetario Internacional”, indicó al subrayar el desafío pendiente en las próximas semanas.

De inmediato reconoció que “si la invitación no se consuma o si se consuma, pero cualquier alivio de la deuda obtenido no es suficiente para que la República recupere la sostenibilidad de su deuda, entonces la República no podrá continuar con los pagos regulares de una parte o la totalidad de su deuda y enfrenta un riesgo significativo de default, lo que perjudicaría aún más el valor y la liquidez comercial de los títulos de deuda pendientes”.

 La propuesta presentada por el país el viernes pasado para renegociar la deuda

Esto es, les advierte a los bonistas que un incumplimiento total también los perjudicaría al depreciar más el valor de sus títulos.

“La imposibilidad de colocar la deuda de la República en un camino sostenible puede resultar en una falta continua de acceso a los mercados internacionales de capital por parte de la República en el futuro previsible y puede limitar aún más el acceso al financiamiento oficial del sector”, se indicó. En este párrafo reconoce que necesita renegociar y salir al mercado nuevamente, ante la imposibilidad de financiarse de otro modo.

Al respecto, recordó que el 5 de abril “la República aplazó todos los pagos de capital e intereses adeudados por la deuda denominada en dólares de los Estados Unidos de América emitida por la República hasta el 31 de diciembre de 2020 o la fecha anterior que determine el Ministerio de Economía”.

“La República también puede recurrir a cualquier período de gracia con respecto a los pagos de sus títulos de deuda vencidos mientras la invitación de la República al canje esté pendiente”, aclaró, dejando en claro que tratará de evitar a toda costa un pago con reservas mientras no alcance un acuerdo.

Si el canje no llega a buen puerto, advirtió, “la República no puede predecir si, o cuándo, podrá implementar un programa exitoso de gestión de la deuda que afecte sus títulos de deuda pendientes”.

Más aún, indicó que si este canje no resultara suficiente, “y la República busca opciones alternativas de gestión de la deuda con respecto a sus obligaciones de deuda, los términos de dicho programa alternativo de gestión de responsabilidad ofrecido a los tenedores de sus valores de deuda podrían ser menos favorables que los ofrecidos en la invitación”. Esto es, habría condiciones menos favorables para los que no ingresen en esta oferta.