La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomendó que la lactancia sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé y, a partir del 6° mes, ir incorporando alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, mientras continúa la lactancia hasta los dos años. También destacó los beneficios que esto trae para la salud del lactante y de la madre, al tiempo que invitó a combatir las barreras y prejuicios que existen para continuar amamantando después de los primeros seis meses del bebé.
En un documento titulado ‘Lactancia natural, más allá de los seis meses’, especialistas de la SAP señalaron que la leche humana previene infecciones respiratorias y digestivas en los lactantes, reduciendo el riesgo de hospitalización en un 57% y 76%, respectivamente, mientras que, a largo plazo, disminuye el riesgo de sobrepeso en un 26% y de diabetes tipo dos en un 35%.
El trabajo fue difundido en ocasión de la Semana Mundial de la Lactancia (SML-2023), que se celebra del 1° al 7 de agosto y que este año lleva el lema ‘Marcando la diferencia para las madres y padres que trabajan’1, con el objetivo de impulsar entornos favorables para esta tarea en la vida laboral.
“La leche humana no pierde sus propiedades con el tiempo y durante el segundo año de vida puede suplir un tercio de las necesidades de proteínas”, destacó la Dra. Roxana Conti, médica pediatra y neonatóloga.
La Dra. Conti, quien es Secretaria del Comité de Lactancia de la Sociedad Argentina de Pediatría, agregó que la leche humana “varía en su composición a lo largo de la lactancia, durante las distintas horas del día e incluso en cada toma, adaptándose a las necesidades del lactante”.
A nivel internacional, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que la lactancia es la “forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los nutrientes que necesitan en el equilibrio adecuado, así como brindando protección contra las enfermedades”.
Puntualmente, la OPS señala en su sitio web que “amamantar por seis meses o más se asocia con una reducción del 19% en el riesgo de leucemia en la niñez, comparado con un período más corto o con no amamantar” y que “los bebés que son amamantados tienen un 60% menos de riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados”.
Por otro lado, tanto la SAP en su documento como la OPS en su sitio web sostienen que la lactancia también ofrece beneficios para la persona que amamanta, ya que, establecida con continuidad en el tiempo, reduce el riesgo de cáncer de ovario y de mama.
“Siempre que sea posible y/o haya deseo de la persona que amamanta, hasta los 6 meses recomendamos que la leche humana sea el alimento exclusivo del bebé, para incorporar -a partir de ese momento y de manera gradual- alimentos complementarios adecuados, aumentando paulatinamente la cantidad, consistencia y variedad”, indicó la Dra. Vanina Stier, quien es médica pediatra y Secretaria del Comité de Pediatría Ambulatoria de la SAP.“Entendiendo la alimentación como un hecho cultural, es importante conocer costumbres, tradiciones y posibilidades de cada grupo familiar”, afirmó la Dra. Stier, también aconsejó ofrecer los alimentos complementarios al bebé después de amamantar, ya que así “los aceptará mejor y recibirá las calorías y nutrientes que necesita”.Los especialistas de la SAP se refirieron, por otra parte, a las barreras y prejuicios que existen para que las familias logren continuar con la lactancia hasta los dos años de vida de los niños y, en este sentido, mencionaron los resultados de la Encuesta Nacional de Lactancia (ENaLac) del 2022.‘La ENaLac es un estudio observacional de corte transversal realizado exclusivamente en los efectores del subsistema público de salud en las 24 jurisdicciones de Argentina. En la última edición del 2022 se observó que aproximadamente 9 de cada 10 niños de cero a seis meses de edad recibían lactancia (91,7%) y la mitad lo hacía en forma exclusiva (53,2%); a su vez, el porcentaje de lactancia exclusiva desciende a medida que aumenta la edad de los lactantes, pasando de 53,5% a 44,6% en los niños de 2 y 6 meses, respectivamente’”, detalló la Sociedad Argentina de Pediatría en el documento.
En cuanto al mantenimiento de la lactancia cuando se inicia la alimentación complementaria, los resultados de la ENaLac muestran que se logra en un 80,6% en los niños y niñas de entre 12 y 15 meses, cifra 3 puntos superior a la registrada por la misma encuesta realizada en el año 2017, que daba 77.8%.
Mientras que el abandono de la lactancia registrado en dicho relevamiento es de un 8.5% al 6to mes y del 18,7% entre los 12 y 15 meses. Respecto de los motivos esgrimidos por las madres sobresalen ‘me quedé sin leche’, ‘el niño o la niña dejó solo/a’, ‘se quedaba con hambre’, ‘tuve que salir a trabajar’ y ‘era muy difícil amamantar y sostener mis otras tareas’.
La ley nacional N° 26.873 de promoción de la lactancia materna establece que, durante el primer año a partir del nacimiento del bebé, las madres tienen derecho a dos pausas diarias -de media hora cada una en el sector privado y una hora cada una en el público- para amamantar, pudiendo también no tomar esos descansos y descontarlos de la jornada laboral, trabajando así menos tiempo cada día. Incluso la norma establece que ese período de un año puede extenderse por ‘razones médicas’.
Además, la Dirección de Salud Perinatal y Niñez, a través del “Plan 1.000 días”, recomienda la “instalación de un Espacio Amigo de la Lactancia (EAL) permanente en todo ámbito de trabajo donde se desempeñen 20 o más personas con capacidad de gestar o en edad fértil”.
La Dra. Romina Valerio, médica pediatra y Prosecretaria del Comité de Pediatría Ambulatoria de la SAP, sostuvo que la lactancia “no es solo responsabilidad de la persona que amamanta, sino que es una responsabilidad compartida con los otros integrantes del grupo familiar, los empleadores y el estado, que pueden y deben generar entornos favorables para continuar amamantando”.
“Si la madre no puede llevar a su hijo al trabajo, en el lugar debería haber un lactario, es decir un espacio limpio, cómodo y privado para la extracción de leche y posterior conservación en una heladera. Aunque esto es un derecho mínimo, muchas veces no se concreta”, insistió la Dra. Valerio.
En el documento, la SAP señaló que la instalación de los EAL ‘es clave para poder sostener la lactancia cuando finaliza la licencia por maternidad’.
Por otro lado, los especialistas se refirieron a algunos prejuicios que dificultan sostener y dar continuidad a la lactancia, uno de los cuales es la creencia errada de que al tomar medicamentos hay que dejar de amamantar.
“En ocasiones, la persona que amamanta debe iniciar un tratamiento con medicación y, por desconocimiento, interrumpe de manera abrupta la lactancia, cuando en realidad muchos medicamentos son compatibles y, en caso de que no lo sean, se puede continuar con la extracción de leche para luego retomar la lactancia”, comentó al respecto la Dra. Patricia Barrios Skrok, médica pediatra, miembro del Comité de Lactancia de la SAP.
En caso de tomar medicamentos, la Dra. Barrios Skrok recomendó “preguntar al médico antes de tomar una decisión” y mencionó, como referencia, la página web e-lactancia.org, donde puede consultarse la compatibilidad de la lactancia con un amplio número de fármacos.
Otro prejuicio que desfavorece la lactancia, mencionaron desde la SAP, es el de pensar que las mujeres que tienen pechos pequeños no pueden amamantar o tienen menos leche. “En realidad, la cantidad de leche que produce la madre está relacionada con la cantidad de veces por día que amamanta al niño. Cuantas más tomas diarias, más leche producirá”, subrayó la Dra. Conti.
También existe la falsa creencia de que la lactancia es más difícil por tener los pezones planos, cuando existen dispositivos diseñados para solucionarlo y, además, los pezones pueden comenzar a sobresalir con la succión del bebé, señalaron los especialistas de la SAP.
‘Como pediatras, creemos que es fundamental no culpabilizar ni juzgar las decisiones de las personas que amamantan. Destacamos como necesario sostener y acompañar estos procesos con una mirada y escucha ampliada, atenta a cada díada singular’, concluye el trabajo de la SAP.
Con este documento, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) se suma a los objetivos de la Semana Mundial de la Lactancia, que es una iniciativa de la Alianza Mundial para la Defensa de la Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) que este año busca comprometer a los gobiernos, los sistemas de salud, los responsables de los lugares de trabajo y las comunidades en el empoderamiento de las familias y en el mantenimiento de entornos favorables a la lactancia en la vida laboral pospandemia.