"Dicen que quiero dar un golpe, si yo quisiera dar un golpe no estaría diciendo nada, dejaría pasar el tiempo y en el último día daría el golpe. Lo que queremos es transparencia", dijo el mandatario en una entrevista.
El bolsonarismo defendió fervorosamente el accionar del presidente en el popular programa de streaming transmitido por Youtube.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó que no pretende dar un golpe de Estado en caso de perder las elecciones del 2 de octubre ante el opositor Luiz Inácio Lula da SIlva e insistió en que busca transparencia en el sistema electoral, al atacar nuevamente a los miembros del Tribunal Superior Electoral, al que acusa de impedir una fiscalización paralela de las Fuerzas Armadas.
Lo hizo durante una entrevista inédita para la historia de Brasil, con su participación en vivo durante cinco horas y media en el podcast Flow, que contó con más de medio millón de espectadores y que sirvió como fuerte sostén para su campaña electoral, sobre todo porque se mostró muy dispuesto para defender sus teorías y diseminar noticias falsas sobre hechos históricos y su gestión.
"No estoy con miedo de perder la elección, no estoy preocupado con esto. Dicen que quiero dar un golpe, si yo quisiera dar un golpe no estaría diciendo nada, dejaría pasar el tiempo y en el último día daría el golpe. Lo que queremos es transparencia", dijo el mandatario de ultraderecha.
Bolsonaro acusó de "mentirosos" a tres jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) que rechazan las teorías de la conspiración lanzada por el presidente y su ministro de Defensa, general Paulo Sergio Nogueira, a admitir que las urnas electrónicas son vulnerables, como una amenaza para desconocer una eventual derrota.
En ese marco, también negó apoyar una versión lanzada por la conductora del canal de noticias Globonews Andrea Sadi acerca de que el oficialismo prepara una enmineda constitucional llamada de "Plan Pinochet" para garantizar a todos los expresidentes una banca vitalicia en el Senado y así evitar procesos judiciales una vez terminado el mandato, tal como el dictador chileno Augusto Pinochet había determinado para lograr inmunidad parlamentaria.
Bolsonaro repasó todos los temas y defendió el golpe militar de 1964 contra el presidente Joao Goulart, al afirmar que el laborista "se pasaba más tiempo en China que en Brasil" y quería implementar el comunismo en el país.
También defendió el accionar de su gestión en la pandemia y ratificó su posición contra la vacunación obligatoria.
Denunció a médicos de la ciudad de Manaos -sin pruebas- de haber proporcionado el antipalúdico hidroxicloroquina en dosis masivas e ilegales en pacientes con Covid-19 causándoles la muerte sólo para enfrentarse a su fallida teoría de que este remedio servía contra la enfermedad.
El presidente brasileño también admitió que fue "inmoral pero no ilegal" haber vivido cuando era diputado en un departamento que le concede el Congreso nacional a los parlamentarios que no viven en Brasilia teniendo uno de su propiedad en la misma ciudad capital.
El bolsonarismo defendió fervorosamente el accionar del presidente en el popular programa de streaming transmitido por Youtube, entre otras plataformas, por haber logrado más visualizaciones que Lula en otro programa del mismo estilo, llamado PodPah.
En la ocasión, Lula había logrado el pico de 295.000 personas siguiendo su entrevista en streaming pero ahora Bolsonaro llegó a los casi 600.000 a las 21 de anoche, en una entrevista de más de cinco horas.
Bolsonaro redujo en las últimas semanas la ventaja que tenía Lula en las encuestas, según sondeos recientes.
Este lunes la ventaja, según una encuesta del banco de inversiones BTG, indica que la diferencia cayó a 7 puntos, lo cual alejaría la chance del líder del PT de vencer en primera vuelta al excapitán del Ejército