En el marco de una política pública persistente y comprometida con la erradicación de las violencias, en particular la violencia de género, el municipio de San Salvador de Jujuy llevó a cabo la entrega de certificados a los participantes de la Capacitación para Promotores Socio Comunitarios con Perspectiva de Género, correspondiente a la cohorte 2024. La ceremonia tuvo lugar en la Casa Baca – Centro Cultural “Mirentxu” del barrio Los Perales.

El evento destacó la importancia del abordaje territorial y comunitario para la prevención de las violencias, al respecto, el secretario de Desarrollo Humano, Rodrigo Altea, expresó, “en un lugar muy lindo, un marco más que adecuado para este trabajo voluntario de personas que se comprometen socialmente a poder promover la erradicación de todas las violencias, pero en particular la violencia de género, con un equipo capacitado y con una política pública persistente, permanente de este municipio, de la gestión del intendente Jorge, que tiene que ver con la empatía, con el respeto y con el cuidado de un vecino hacia el otro, siempre buscando los canales adecuados, profesionales y técnicos para la detección, para la protección, para la promoción de los derechos de las personas”.

 Altea también destacó el alcance de esta capacitación, “este trabajo se desarrolla en los seis distritos de la ciudad, en una territorialidad marcada con un esquema de trabajo permanente, aprovechando estos edificios que son adecuados, esta descentralización, y con un equipo muy profesional de las distintas temáticas, que busca una empatía, un mejor vivir y un pleno desarrollo de las personas”.

Por su parte, Verónica Aramayo, jefa del Departamento de Promoción de Derechos e Igualdad de Oportunidades, señaló la relevancia de esta formación, “estamos terminando con la entrega de certificados de la Formación de Promotores y Promotoras para la Paridad de Género, es una cohorte que tiene una formación particular en la prevención de las violencias de género, entendiendo que el abordaje comunitario es fundamental si queremos realizar intervenciones que sean oportunas, celéricas, y que den respuesta a las necesidades de las mujeres que están padeciendo este tipo de problemáticas”.

 Además, Aramayo resaltó la continuidad de este tipo de programas municipales en el contexto nacional de retroceso en políticas sobre violencia de género, “estamos en un contexto de retroceso en términos de políticas públicas en relación a la problemática de género. Los organismos internacionales han señalado a la Argentina justamente porque dejó de tener políticas nacionales que aborden la problemática de la violencia de género. En ese sentido, valoramos que el municipio ha tomado la decisión política de sostener estos espacios porque conoce la realidad de las mujeres de la capital y entiende que la única forma de dar respuesta y salvaguardar sus vidas es teniendo políticas públicas fuertes que den respuesta justamente al flagelo de la violencia de género para evitar la peor expresión de ese flagelo, que son los femicidios”.

Asimismo, Machaca Romina, referente del Distrito Norte, subrayó la participación comunitaria durante el proceso de formación, “dentro del municipio nos dividimos por distritos, a mí me tocó acompañar a la comunidad del Distrito Norte, en el cual podemos celebrar la participación de toda la comunidad, de diversas instituciones, por iniciativa propia, que se acercaron como una necesidad de formación y capacitación para poder volcarla a sus lugares de trabajo y mejorar la convivencia”.

Finalmente, destacó el compromiso de los participantes, “las personas que participaron fueron aproximadamente 75, usuarios y usuarias, que vinieron y tuvieron todo un año de formación, tanto teórica como práctica, de diferentes módulos para poder hacer actividades concretas en el territorio. La entrega de certificados es un momento donde se los reconoce por su labor voluntaria, pero en el cual se los invita a seguir trabajando con redes y con el municipio para que nos sigamos comunicando y trabajando de manera conjunta”.

La ceremonia fue un reconocimiento al compromiso y esfuerzo de las personas capacitadas, que ahora se convierten en promotores de igualdad y respeto en sus comunidades, fortaleciendo la lucha contra la violencia de género desde la acción territorial.