La Corte Suprema de Justicia prorrogará, una vez más, la feria judicial extraordinaria por motivos sanitarios, hasta el 24 de mayo

 tal como viene haciendo desde el 20 de marzo pasado cuando el gobierno de Alberto Fernández impuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio para intentar contener la expansión del coronavirus Covid-19. La Acordada, según adelantó este lunes ámbito.com, estará lista en las próximas horas, apenas se publique el DNU por parte del Gobierno, y exhibirá la misma sintonía de medidas preventivas que han acompañado también desde cómo ha funcionado el Poder Judicial en el cuarto ciclo de cuarentena.

El receso, en términos procesales y de plazos suspendidos continuará exactamente como hasta ahora. Sin embargo, habrá una ampliación de facultades para las distintas Cámaras de todo el país para que arbitren la manera de ir incorporando actividades. Todo con el énfasis de aplicación de protocolos sanitarios específicos. La novedad –que estaba siendo evaluada- es que formalmente la Corte no tendría un solo juez de feria, como hasta ahora, sino que la idea era que todos los ministros del máximo Tribunal y los secretarios letrados se incorporen a la actividad. Esto no sería necesariamente presencia física, pero sí un mensaje en términos procesales.

Según adelant el periodista Gabriel Morini, la feria continuará sin modificaciones respecto a la última acordada que siguió a cada una de las fases dispuestas por el Gobierno. Pero la nueva Acordada presenta algunas novedades: continúa potenciando el teletrabajo (o tramitación remota) e incorpora los protocolos sanitarios de distanciamiento social que están vigentes para toda la administración pública. Pese a la presión para reanudar la actividad, no habrá una liberación para el funcionamiento de la Justicia. La alternativa, por eso se esperaban los términos de redacción del DNU, es delegar cada vez más facultades de superintendencia a las Cámaras Federales de todo el país. Al ser una instrucción de alcance federal, convivirán situaciones en los tribunales ubicados en provincias que alcanzaron la Fase 4, y donde se flexibilizaron las condiciones de aislamiento. De todas formas, el 80% de la actividad de los tribunales está concentrada en la región AMBA, donde no hubo ninguna alteración en los términos de la cuarentena, como anunció Alberto Fernández en Olivos, el pasado viernes.

Hasta ahora, el foco de actividad estaba colocado en cuestiones que no admitan demora, y las relacionadas con detenciones, violencia urbana y doméstica, delitos contra la salud pública (con los que se sanciona a quienes violan la cuarentena), delitos migratorios, interrupción de comunicaciones, aprovechamiento de calamidad, habeas corpus y delitos contra la seguridad pública, amparos de salud, entre otros. La novedad es que ahora, cada fuero y Cámara deberán ir diseñando la incorporación (vía el uso de herramientas informáticas) de más actividades y tramitación de causas. Algunas planeaban estar detalladas en la Acordada.

La otra cuestión sobre la que se hará énfasis es en los protocolos de higiene, distanciamiento social, permanencia de pocas personas en ambientes cerrados y todo lo atinente a la excepción de personal dentro de los factores de riesgo como una regla inquebrantable. La actividad presencial no se reanudará bajo ningún formato, a excepción de provincias donde ya se haya liberado la actividad. Quedará en manos de las Cámaras definir esas cuestiones. Ninguna que orbite cerca del Palacio de Tribunales o los principales tribunales federales que se asientan en la Capital Federal ni el Conurbano. También se mantendría el horario limitado de atención como viene ocurriendo desde que se decretó la feria. Habrá más flujo de trabajo, sin dudas, pero siempre dentro del estricto cumplimiento del aislamiento, es el mensaje que bajará a través de la Acordada. Para esto, también habrá una comunicación al Consejo de la Magistratura que debe velar por las mayormente defectuosas condiciones del sistema informático y de conexión VPN. Casación deberá definir qué hace con los reclamos de los Tribunales Orales para avanzar con juicios y audiencias. La experiencia es dispar de manera remota y no asegura resultados. Pero nada va a abrir hasta fines de mayo.

En ese marco, una de las ideas que maduraba era la de incorporar –como señal- a todos los ministros de la Corte y sus secretarios a la actividad. Eso implica un despliegue de personal que puede cambiar la fisonomía actual del cuarto piso de Talcahuano 550. No significa que los jueces concurran, sino que se alisten para una mayor cantidad de fallos, un escenario que ya se había intentado, más allá de la decisión sobre la acción intentada por Cristina Kirchner, y que tuvo relevancia para cuestiones de ejecución de sentencias contra el Estado. Si esta idea prospera no significa que vuelva el tradicional formato de Acuerdos entre ministros, sino que las vocalías estarán mucho más activas respecto al comienzo de la cuarentena.