La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) le pidió formalmente al Gobierno nacional la “apertura gradual” de las iglesias para poder celebrar misa en el marco de la flexibilización del aislamiento obligatorio .
Los obispos Oscar Ojeda y Carlos Malfa se reunieron hoy con el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y plantearon la posibilidad de retomar la celebración de la eucaristía “con los debidos recaudos sanitarios dispuestos” por las autoridades nacionales.
Tras la reunión, la cúpula de la Iglesia envió una carta al resto de los obispos en la que señalaron que seguirán "día a día esta gestión” y mantendrán informados “de los pasos sucesivos" a los religiosos de todas las diócesis del país.
El domingo pasado, el arzobispo de La Plata, Víctor Fernández, había enviado una misiva al obispo Ojeda en la que manifestaba la inquietud de los fieles por la imposibilidad de recibir la comunión y proponía celebrar las misas siguiendo estrictas medidas de seguridad.
En la carta, el sacerdote cercano al Papa Francisco argumenta que la Iglesia no puede “esperar sencillamente que pase por completo la pandemia”.
Por lo tanto, sugirió llevar adelante los servicios religiosos con menos personas, con una distancia de dos metros entre los fieles, sin cola para comulgar, que los curas se laven las manos antes de entregar cada hostia, y que la salida de los templos sea progresiva.
Por otro lado, Víctor Fernández señaló que las misas no deben durar más de 40 minutos y que deben celebrarse en múltiples horarios para evitar la saturación de personas.
“Si hay que prever los impactos económicos, también es conveniente valorar aquellas cosas que proveen consuelo y fortaleza a las personas en momentos duros”, cerraba la carta del arzobispo de La Plata.
Según explicó el religioso, la propuesta consiste en “anticiparse” para mostrar a las autoridades que la Iglesia "cuenta con un posible plan para la asistencia a misa que no tenga más riesgos que las actividades ya exceptuadas”.
Según pudo saber Infobae, el pedido de hoy no fue visto con buenos ojos dentro del Gobierno y no hay muchas posibilidades de que las misas sean incluidas dentro de las actividades exceptuadas.
Por otro lado, fuentes del oficialismo remarcaron que el reclamo de abrir las Iglesias no vino desde Roma y que el Papa Francisco “no tuvo nada que ver”. En ese sentido, atribuyeron el planteo a los sectores más conservadores de las provincias. “Hay una interna con algunos sectores que no entienden la gravedad de la crisis sanitaria”, detallaron.