Expertos del Hospital de Clínicas se reunirán el 27 y 28 de este mes -vía Youtube- para compartir experiencias y debatir en forma interdisciplinaria en el 3° Simposio Universitario de Gastroenterología y Hepatología, organizado por la Asociación Médica del Hospital de Clínicas y su División de Gastroenterología.
Allí darán espacio a la discusión sobre los grandes temas que ven en el consultorio cada día y que, más allá de la coyuntura actual del COVID-19, representan también desafíos de salud pública para nuestro país. Entre otros temas, están particularmente preocupados por la hepatitis C, el hígado graso y el síndrome de intestino irritable.
Respecto de la hepatitis C, los expertos manifestaron la importancia de que todos los pacientes, sin distinción, puedan ser detectados, tratados y curados por este virus, algo que hoy es posible pero que era casi impensado hace pocos años para enfermedades crónicas y complejas como ésta.
“El acceso a la cura debe ser universal, tal como indican el Ministerio de Salud y las sociedades médicas en Argentina. Es inaceptable que el paciente deba esperar hasta que su hígado empeore. Podemos curar el virus, que no solo mata por enfermedad hepática, sino también por manifestaciones extrahepáticas como la diabetes y la enfermedad cardiovascular. El daño producido muchas veces no es reparable y en estos tiempos donde decimos que es más importante el valor de la vida que el valor del mercado es paradójico que esto ocurra”, explicó el Dr. Esteban González Ballerga, médico hepatólogo, Jefe del consultorio externo de Gastroenterología del Hospital de Clínicas ‘José de San Martín’.
Los riesgos de permitir que el virus siga dañando el hígado son, fundamentalmente, el potencial desarrollo de cáncer, cirrosis, insuficiencia hepática y necesidad de trasplante.
“¿De qué sirve curarle la hepatitis C a una persona cuando su estado de salud general ya esté tan deteriorado? Tenemos una oportunidad única, hoy, con aquellos pacientes con los que estamos a tiempo de mejorarles la salud futura y prevenir complicaciones graves”, subrayó el especialista.
En nuestro país, se estima que alrededor de al menos un 0,5% de la población está infectada con el virus de la hepatitis C, fundamentalmente adultos mayores de 40 años, porque son quienes más pudieron haber estado expuestos al virus cuando éste no se conocía o no se tomaban las medidas necesarias para prevenir su transmisión. Con los medicamentos actuales, que son comprimidos orales, prácticamente sin efectos adversos, se cura cerca del 98% de los pacientes en 8 ó 12 semanas.
Para el Dr. González Ballerga, “en lugar de restringir el acceso a la medicación, como sabemos que en ocasiones sucede con algunos prestadores de salud, deberíamos estar redoblando los esfuerzos para detectar más pacientes y para curar a quienes ya tienen diagnóstico. De esa manera, vamos a cambiarles la vida, a prevenir la circulación viral en lo inmediato y a evitar una situación de salud pública insostenible en los próximos años”.
“En ausencia de síntomas o de enfermedad, es infrecuente ir al hepatólogo, al gastroenterólogo o al infectólogo, que somos quienes estamos más atentos a la epidemia de hepatitis C. Por eso, debemos compartir esta preocupación a otras especialidades para que piensen en este virus al ver a sus pacientes, para que les indiquen el testeo y así detectar más casos”, agregó el Dr. González Ballerga.
Otro de los temas es la ‘epidemia silenciosa’ de hígado graso, una condición asociada al sobrepeso y obesidad, la vida sedentaria y la falta de chequeos de salud. Consiste en la acumulación de tejido graso en el hígado. Este cuadro está convirtiéndose en una creciente causa de insuficiencia hepática y necesidad de trasplante. De hecho, dada la efectividad de los medicamentos para la hepatitis, se espera que ésta pase a ser la primera causa de trasplante en el futuro cercano.
“Aquí, vuelve a ser crítico el trabajo interdisciplinario, porque la persona no suele ir al hepatólogo o al gastroenterólogo para realizarse controles. Sin embargo, visita al cardiólogo, al ginecólogo o al endocrinólogo. Esas especialidades podrían adoptar una mirada integral de los pacientes y pedirles estudios de diagnóstico de este tipo y, luego, en caso de ser necesario, derivar a los pacientes a otros especialistas para realizar abordajes interdisciplinarios”, remarcó el Dr. González Ballerga.
El coordinador del simposio mencionó que, desde el punto de vista específico de la Gastroenterología, otro de los ejes del encuentro será el síndrome de intestino irritable, que es el principal motivo de visita a los consultorios de estos profesionales: “Son cuadros adonde primero es importante descartar la presencia de enfermedades más complejas. En ausencia de ellas, luego se trabaja con los pacientes para interpretar qué situaciones, contextos o qué alimentos específicos desencadenan episodios que los incomodan y que impactan mucho en su calidad de vida”.
El 3º Simposio Universitario de Actualización en Gastroenterología y Hepatología, bajo el lema ‘Enseñar es compartir con alegría’, este año se llevará adelante bajo modalidad online, a través del canal de Youtube de la Asociación Médica del Hospital de Clínicas y la División de Gastroenterología de la misma institución. Busca brindar herramientas para el día a día de los profesionales de la salud sobre el abordaje de enfermedades altamente prevalentes y subdiagnosticadas.