La pelea de fondo en la cumbre de poder sumó un nuevo capítulo, otro episodio. En el acto central que organizó la Sociedad Rural Argentina en el barrio porteño de Palermo, Javier Milei y Victoria Villarruel volvieron a dejar expuesto ante la vista de todos que entre ellos hay un malestar que, lejos de ceder, encuentra ocasiones oportunas para volverse a manifestar. Pero por primera vez, hubo un gesto de la vicepresidente que confirmó lo que hasta ahora se conocía por trascendidos.

El presidente y la vice se vieron la mañana del domingo por primera vez desde el 9 de Julio -cuando compartieron el desfile militar y la foto arriba del tanque del Ejército que recorrió el mundo- y del incidente por el “tuit desafortunado” en el que Villarruel trató a Francia de “país colonialista”, a días de la reunión que Milei iba a tener con su par Emmanuel Macron en París. Se descontaba que iba a haber entre ellos frialdad, pero lo que ocurrió ratificó que el vínculo político entre ambos está dañado, roto.

Con las inevitables diferencias del caso, el gobierno que asumió el 10 de diciembre pasado parece repetir la misma lógica confrontativa de presidente y vice que ocurrió entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Por eso, cada movimiento y gesto de ambos fue observado con especial atención. Desde el comienzo, la transmisión oficial -los únicos que están autorizados por la Casa Rosada para tener cámaras en vivo- puso el foco en subrayar la centralidad de Milei. En vivo y en directo se mostró el saludo frío que cruzaron Milei y Villarruel donde no hubo, siquiera, una pequeña charla.

El presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, y su esposa, estuvo flanqueado a derecha e izquierda por el presidente Milei y la Victoria Villarruel, y luego en una primera y segunda fila el resto de los ministros, directivos de la entidad madre del campo, gobernadores, y una figura clave: la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei. Si bien las cámaras enfocaron a la vicepresidente cuando fue nombrada por el locutor oficial, el resto del tiempo apenas se la veía a los lejos, en el fondo del plano.

“Malestar”, fue la respuesta que recibió Infobae al consultar en el entorno de la vicepresidente cuál era el estado de ánimo después de su participación en la Exposición. Además de la evidente indiferencia que mostró Milei, el gobierno difundió 51 fotos del acto, con varias del presidente, de su hermana, de los ministros y secretarios pero no hubo una sola que tuviera a Villarruel de manera individual ni junto a otro ministro, como si lo tuvieron cada uno de los integrantes del equipo de Gobierno.

 

Más allá del disgusto por ese “destrato”, una respuesta que brindó en Instagram confirmó lo que era un secreto a voces. El periodista Ramón Indart había publicado “todos buscando si sube alguna con el presidente” en el posteo que hizo Villarruel en su perfil de esa red social, que tuvo una ácida réplica: “No dejaron que ingrese un fotógrafo propio, tampoco nadie de mi equipo, salvo un colaborador que estuvo muy lejos mío así que las fotos que tengo son las que me mandaron de varios lados”, contó.

La declaración pública de Villarruel, independientemente del tema, expone que el gobierno limita a los colaboradores de la vicepresidente y que ella tomó la decisión de exponerlo públicamente. Según pudo confirmar Infobae, el Senado había solicitado acreditación de personal propio ante la presencia del presidente provisional de la Cámara alta, el puntano Bartolomé Abdala, y de Alfredo De Angeli, pero no fue autorizado.

En las redes sociales se viene librando una sorda batalla entre las comunidades que están alineadas con el presidente y la vice. Villarruel -que durante las casi tres horas que duró el acto en La Rural no habló con Milei ni se sacó ninguna foto- mantiene fijado en su perfil de la red X el mensaje sobre Francia como “país colonialista” que generó el incidente y, después de lo ocurrido el domingo, no aparecen estímulos para que cambie de estado.

Desde este lunes, Milei continuará con sus funciones y responsabilidades presidenciales y Villarruel hará lo propio en el Senado, que vuelve a funcionar después de tres semanas de vacaciones. Allí hay proyectos de ley, iniciativas legislativas y decisiones que tiene que tomar la Cámara alta. Y que dependen de la intervención de la vicepresidente.

 

INFOBAE