En nuestro país, el último día del mes de agosto se celebra el Día de la Obstetricia y la Embarazada

 con el objetivo de promover el rol fundamental que cumplen las y los obstetras en la salud de la mujer embarazada y el bebé recién nacido. Asimismo, es una oportunidad para desarrollar la promoción y protección de los derechos humanos en el embarazo, parto y nacimiento.

 La obstetricia cumple un rol primordial para informar y acompañar a las embarazadas y a toda la familia, desde la planificación del embarazo hasta el postparto, y cumple importantes funciones como la realización de controles prenatales, preparación integral para la maternidad, acciones de prevención, atención del parto, posparto y recién nacido y también en salud reproductiva, contribuyendo en forma importante a mejorar la salud del binomio madre-hijo/a. 

Según la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, ‘’Durante el control preconcepcional el equipo de salud deberá brindar información sobre la salud reproductiva de manera clara, contribuyendo a la toma de decisiones adecuadas. Consejería en anticoncepción para poder planificar, información sobre la cantidad de embarazos y el tiempo que debe transcurrir entre éstos, evitando los intervalos menores a 24 meses, y la identificación de aquellos factores que pueden representar riesgos para el embarazo son algunos de los aspectos que se deben abordar durante esta etapa.”

 En el año 2016, la Organización mundial de la salud (OMS) realizó una publicación fundada en la Estrategia Mundial de Salud de las Mujeres, los Niños y los Adolescentes, en donde se pone énfasis en el rol central de la mujer, a la cual ubican en el centro de atención desde donde se puede optimizar la experiencia de embarazo y establecer un mejor inicio de vida para los bebés. 

Dada la evolución de la tecnología y el desarrollo de diversas investigaciones científicas el mundo de la obstetricia se ha complejizado, permitiendo llegar a diagnósticos prenatales cada vez en etapas más tempranas de la gestación, lo que según la Dra.,‘’permite prevenir, diagnosticar y tratar las afecciones que puedan presentarse en la futura gestación”. 

En consecuencia, el nuevo modelo de atención prenatal de la OMS, incrementa el número de contactos que debe tener la persona gestante con los profesionales sanitarios, que cambió de cuatro a ocho consultas y se recomienda tener el primer contacto a las 12 semanas de gestación. De esta manera, también aumentan las probabilidades de que el embarazo tenga un desenlace positivo, sentando las bases para una maternidad saludable. 

“Debemos comprender que el inicio ideal de toda gestación, se dará cuando la paciente o pareja puedan planificar con anticipación dicho embarazo. De esa manera, la mujer que materna tendrá la posibilidad de iniciar su embarazo en las mejores condiciones de salud integral, que abarcan condiciones como: peso corporal, estado nutricional, control de enfermedades preexistentes y sus respectivos tratamientos, cese de hábitos nocivos o adicciones, control del aparato reproductor, instauración de suplementos nutricionales requeridos antes y durante la gestación como hierro, ácido fólico y en casos especiales calcio y otros complejos multivitamínicos; y  contar con la vacunación recomendada, entre otras cuestiones.”, detalla la Dra. Valeria El Haj. 

Luego, durante el período prenatal, las citas de control permiten brindar conocimiento y acompañar a la futura mamá en temáticas como qué actividad física es la recomendada durante el embarazo; cuáles son las medidas para la prevención de infecciones de transmisión sexual;  todo lo referente a la salud sexual y reproductiva a fin de dar conocimiento sobre la sexualidad segura y placentera durante la gestación y la información acerca de todos los métodos anticonceptivos, para que la pareja pueda decidir, libre e informadamente,  cuál de ellos es el indicado para adoptar aún desde el post-parto inmediato si así lo desean. Informar las medidas para la preparación de las mamas en pos de una lactancia materna satisfactoria y eficaz, recomendándole como una de las medidas más importantes para el recién nacido, no sólo para alimentación sino para brindar defensas, prevenir enfermedades a corto y largo plazo, así como profundizar el vínculo afectivo madre-hijo. En el curso del tercer trimestre se brindará la preparación integral para el parto, de suma importancia tanto para madres primerizas como así también para quienes ya han tenido hijos, haciendo hincapié en que cada embarazo y nacimiento son únicos e irrepetibles tanto desde el punto de vista obstétrico como emocional. 

En el contexto de pandemia que estamos atravesando por el virus SARS-CoV-2 es importante resaltar que para las mujeres embarazadas, el riesgo de contraer COVID-19 es igual que para cualquier persona. No obstante, en caso de contraer el virus durante el embarazo el riesgo de enfermarse de gravedad y morir a causa de la enfermedad aumenta. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), las embarazadas que contraen COVID-19 parecen tener más probabilidad de desarrollar complicaciones respiratorias que requieren cuidados intensivos que las mujeres contagiadas de COVID-19 que no están embarazadas. También es más probable que las mujeres que estén cursando un embarazo necesiten usar un respirador. 

Además, las mujeres embarazadas que tengan afecciones médicas subyacentes, como diabetes, también pueden tener un riesgo más alto de enfermarse de gravedad de COVID-19.

 “El principal objetivo es que durante todo el período de gestación, la paciente y su familia transiten una maternidad saludable, enriquecedora, despreocupada, disfrutando este momento único de la vida y desde la salud ser acompañantes en cada paso, respetuosa y profesionalmente, brindando lo mejor tanto desde el punto de vista médico como humano”, finaliza la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.