"Gracias por traerme de vuelta a la Plaza”, fueron más tarde las palabras de agradecimiento del sumo pontífice a su asistente personal de salud tras volver a estar en contacto directo con los fieles.
“Francisco descansó por la tarde y cenó tranquilamente. Hacia las 5.30 de la mañana aparecieron los primeros síntomas del malestar, con la pronta intervención de quienes velaban por él”, relató hoy el medio Vatican News al dar detalles de cómo fueron las últimas horas de vida del papa Francisco.
“Más de una hora después, tras saludar a Strappetti, tumbado en la cama de su piso en la segunda planta de la Casa Santa Marta, el Pontífice entró en coma”, relataron.
“No sufrió, todo sucedió rápidamente, dicen quienes estuvieron a su lado en esos últimos momentos”, informó el medio oficial del Vaticano.
“Una muerte discreta, casi repentina, sin largas esperas ni demasiado clamor para un Papa que siempre había mantenido su salud en gran secreto. Una muerte que se produjo al día siguiente de la Pascua, al día siguiente de haber bendecido a la ciudad y al mundo, al día siguiente de haber abrazado de nuevo, después de mucho tiempo, al pueblo. Aquel al que, desde los primeros momentos de su elección, el 13 de marzo del 2013, había prometido un camino ‘juntos’”, cierra el conmovedor artículo escrito por el periodista vaticanista Salvatore Cernuzio.
Francisco será despedido de forma austera en una ceremonia según lo establedico en el “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, el documento que regula el rito fúnebre de un Papa, que él mismo modificó en noviembre del año pasado.
Como parte de su mensaje, Jorge Bergoglio decidió entonces que sus restos sean inhumados en un ataúd simple, en lugar del tradicional hecho de tres tipos de madera, y pidió ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, y no en las grutas del Vaticano.